El presidente de Bolivia, Evo Morales, asegura que no planea expropiar empresas extranjeras.
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Petrobras, la principal empresa energética del gobierno de Brasil, anunció que detendrá todos los planes de inversión en Bolivia mientras estén suspendidas las conversaciones sobre los planes de nacionalización del gobierno boliviano.
El presidente de la empresa estatal brasileña, Sergio Gabrielli, afirmó que la incertidumbre acerca de las intenciones del gobierno boliviano era preocupante para su compañía.
"Estábamos en un proceso de negociaciones buscando puntos comunes. Recientemente este clima ha cambiado. La prensa ha publicado una serie de declaraciones que nos deja preocupados", dijo Gabrielli.
El funcionario señaló que la decisión para estatizar sectores de la industria energética boliviana debería ser tomada bilateralmente con Petrobras, principal inversionista extranjero en Bolivia.
Nuevas reglas
En respuesta, el ministro de Energía boliviano, Andrés Soliz Rada, afirmó que las negociaciones con Brasil continuarán, pero advirtió que no aumentará las exportaciones de gas natural a Brasil por encima de los volúmenes contratados si ese país no acepta las nuevas reglas.
"Así como Brasil afirma que no va haber inversiones si no le conviene estas reglas del juego, nosotros le decimos a Brasil (que) tampoco va haber incremento de ventas", dijo Soliz Rada.
Subrayó que el plan de nacionalización de los hidrocarburos en Bolivia no prevé la confiscación ni la expulsión de las empresas extranjeras.
Pero Gabrielli insistió en que una decisión unilateral de nacionalización por parte del gobierno boliviano radicalizaría la situación.
Desde que asumió el poder, el presidente de Bolivia, Evo Morales, ha reiterado que piensa renegociar contratos energéticos clave con las empresas extranjeras.