La cumbre ministerial sobre el Área de Libre Comercio de las Américas (ALCA) terminó en Miami con un acuerdo para continuar con las negociaciones.
El acuerdo permite a los países seleccionar qué compromisos quieren adquirir.
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Para quienes están a favor del Área de Libre Comercio de las Américas (ALCA), la buena noticia es que la reunión culminó con un acuerdo.
Pero hasta allí llegan los buenos augurios.
El acuerdo es apenas un borrador que debe ser completado a finales del próximo año, y que permite a los países seleccionar qué compromisos quieren asumir.
Algunos funcionarios salieron desilusionados, como los de Chile, un gobierno conocido por su fuerte inclinación hacia el libre comercio.
Lo mismo sucedió con el mayor grupo de presión del sector manufacturero en Estados Unidos, que espera poder cambiar el acuerdo en los próximos meses.
Compromisos tibios
Algunos gobiernos firmantes salieron desilusionados.
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Estados Unidos y Brasil parecían ansiosos por evitar otro fracaso como el de la reunión de la Organización Mundial del Comercio en septiembre, que terminó sin un acuerdo.
Esto se reflejó en un acuerdo que, al final, permite a los países firmantes evitar aquellos compromisos que no quieren adquirir.
Muchos países en vías de desarrollo del continente americano no están abiertos a introducir una legislación más estricta de leyes de patentes.
Es el caso específico de Brasil, en donde el programa para combatir la epidemia de SIDA se basa en la libertad de las compañías farmacéuticas para producir copias baratas de medicinas caras.
Otros países se oponen a implementar leyes que regulen el tratamiento de los inversionistas extranjeros que hacen parte del acuerdo.
Estados Unidos, por su parte, se salvó de tener que prometer recortes a los subsidios y los aranceles, una medida que podría ser rechazada por el sector agropecuario.